Antes de salir a pescar

Siempre hemos de plantearnos que especie y que tipo de pesca vamos a practicar ya que esto nos permitirá prepararnos el material y no improvisar. Nunca estaremos igual haciéndolo en casa o en nuestra embarcación amarrada a puerto que en el mar con el movimiento de las olas, lo que puede propiciar además de alguna clavada no deseada de un anzuelo o que se nos escape una gran pieza por no estar hecho correctamente un nudo o que se nos caiga todo por la embarcación..Comprobemos el parte metereológico y por muchas ganas que tengamos de salir debe primar nuestra seguridad, recuerdo la lectura de un relato que hacía un afortunado pescador que a pesar del parte y de observar síntomas que se aproximaba una tormenta tomo la decisión de salir de puerto e ir a pescar y al alcanzarlo el temporal se le volcó la embarcación, salvándose gracias a que en la cabina quedó una bolsa de aire que lo mantuvo con vida. Fue rescatado cuando ya no le quedaban reservas de aire.La mayor limitación para acceder a según que tipo de pesca o especies la tendremos en nuestra propia embarcación por eslora o autonomía y en donde nuestra propia seguridad y la de nuestros acompañantes debe ser prioritaria, no podemos con una embarcación de 5,5 metros pretender ir a pescar a 45 millas de la costa como hicieron unos pescadores en Alicante y en donde todas los medios utilizados por Salvamento Marítimo dieron resultados negativos para su localización. Como experiencia propia que siempre recordaré como anécdota es que estaba a unas 12 millas de la costa y observé una embarcación de unos 4 metros de eslora con un motor fueraborda que me hacían señales. Al acercarme comprobé que era un bote en muy mal estado con un motor muy viejo con dos personas a bordo en bañador y provistos cada uno de ellos con una caña de pescar. No llevaban ni chalecos salvavidas ni radio u otro artilugio de seguridad, en aquella época los teléfonos móviles no eran habituales, y se les había acabado el combustible. Para poder arrastrarlos hasta la costa primero me las tuve que ingeniar para poder hacer firme un cabo, que les tuve que dejar ya que evidentemente no llevaban, a causa de que el bote se desmontaba debido a su mal estado. Esta historia terminó bien pero su resultado hubiera podido ser otro. También confesaré que me dieron ganas de subirlos a bordo y abandonar la embarcación.Si ya tenemos nuestra embarcación deberemos pues adaptarnos a ella y si lo que nos planteamos es comprar una debemos tener siempre presente que es lo que pretendemos de ella en función a nuestro presupuesto, titulación y zona de pesca

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